Malaui ocupa el noveno puesto en cuanto a países con el mayor nivel de chicas menores de 18 años ya casadas. Casi la mitad de los matrimonios – un 47% – están conformados por hombres mayores de edad y chicas menores de 18 años. ¡Pero de esta cifra, la cuarta parte son menores de 15 años! Lo peor llega cuando les preguntan sobre cómo es esa relación. Casi el 83% reconocen que su marido las maltrata físicamente. Y la mayoría no se han casado por propia voluntad, sino que lo ha hecho presionadas por las familias.

Si bien algunas familias ven a las hijas como una carga económica y decidan entregarla a quien se pueda hacer cargo, otras lo hacen pensando en el bienestar y el futuro de la chica. Pero en ningún caso se tiene en cuenta lo que ella desee. El matrimonio precoz hace que las chicas dejen de ir a la escuela y abandonen todos los sueños que en algún momento podían haber tenido. Pasan de estar sometidas a la familia a estarlo de un marido demasiadas veces abusivo. A modo de ejemplo, tenemos un informe de Human Rights Watch cuyo título lo resume todo: “Nunca me he sentido feliz”. Son palabras de una chica de catorce años, ya con un hijo y abandonada por su marido.  

¿Qué hacer? Desde Petits Músics del Món tenemos muy claro que es necesario crear un estado de opinión que ponga fin a esta práctica. Se trata de empoderar a las chicas, de garantizar que todas las niñas y chicas estudien, pero también de romper el círculo de la pobreza. Y en eso estamos.